February 04, 2022 – Pastor’s Note

English

When I arrived at the parish there were, on the second floor of our parish offices, a set of bookshelves covered with an assortment of books (and plenty of other things), which I later figured out where the remnants of our parish library. At my first pass through these books, I did not find any newer than the early ‘90s, so I assume it has been about 30 years since our parishioners actually had access to or knowledge of this library. This week, however, a group of dedicated parish volunteers moved these shelves and books down to the room off of the tabernacle chapel, which will become the new home of our parish library. That room was likely built as a confessional, but from what I can tell, was only used as a confessional briefly before we moved confessions to the old baptistry.

One of the things I love about the Catholic faith is how profound, consistent, and rich our doctrines our, something that really should not be surprising if we claim to represent a God of infinite majesty. But the truth of our faith really shines forth in the depth of our collective learning, and I am thrilled that our library ended up, by circumstance, being right next to the tabernacle, as our prayer and study should mutually reinforce each other. While the library is open at this point, I want to emphasize a few things: (1) It is not ready for prime time. These books still need to be sorted and I need to vet them theologically. (2) Please do not dump your own unwanted spiritual books in the dead of night, otherwise the library will get junky. They at least need to run through me first. (3) My goal is not to have a lot of books, but to have the best books. Over time, I would like to make sure we own all of the spiritual classics and key Catholic reference books. Let me know if you want to work with me on this. Thank you again to our team of volunteers!

Español

Cuando llegué a la parroquia había, en el segundo piso de nuestras oficinas parroquiales, un conjunto de estanterías cubiertas con una variedad de libros (y muchas otras cosas), que luego descubrí dónde estaban los restos de nuestra biblioteca parroquial. En mi primer paso por estos libros, no encontré ninguno más nuevo que a principios de los años 90, así que supongo que han pasado unos 30 años desde que nuestros feligreses realmente tuvieron acceso o conocimiento de esta biblioteca. Esta semana, sin embargo, un grupo de dedicados voluntarios de la parroquia trasladaron estos estantes y libros a la sala de la capilla del tabernáculo, que se convertirá en el nuevo hogar de nuestra biblioteca parroquial. Esa habitación probablemente fue construida como un confesionario, pero por lo que puedo decir, solo se usó como confesionario brevemente antes de que trasladáramos las confesiones al antiguo baptisterio.

Una de las cosas que me encanta de la fe católica es cuán profundas, consistentes y ricas son nuestras doctrinas, algo que realmente no debería sorprendernos si afirmamos representar a un Dios de infinita majestad. Pero la verdad de nuestra fe realmente brilla en la profundidad de nuestro aprendizaje colectivo, y estoy encantado de que nuestra biblioteca termine, por circunstancias, justo al lado del tabernáculo, ya que nuestra oración y estudio deberían reforzarse mutuamente. Mientras la biblioteca está abierta en este tiempo, quiero enfatizar algunas cosas: (1) No está lista para el horario estelar. Estos libros todavía necesitan ser ordenados y necesito examinarlos teológicamente. (2) Por favor, no arroje sus propios libros espirituales no deseados en la oscuridad de la noche, de lo contrario la biblioteca se volverá chatarra. Al menos necesitan correr a través de mí primero. (3) Mi objetivo no es tener muchos libros, sino tener los mejores libros. Con el tiempo, me gustaría asegurarme de que poseemos todos los clásicos espirituales y los libros de referencia católicos clave. Hágame saber si quiere trabajar conmigo en esto. ¡Gracias de nuevo a nuestro equipo de voluntarios!